
Esther ha desarrollado toda su carrera profesional en 'Hospital Central'. Es una de las enfermeras con mayor antigüedad, lo que supuso un importante punto a su favor en su nombramiento como enfermera jefa.
Desde el principio, Esther ha destacado por la dulzura de su rostro, de sus palabras y de sus actos. Siempre con una sonrisa en la cara, está dispuesta a dar un abrazo a quien lo necesite, como en el caso de Alicia cuando ésta estaba destrozada el día de la boda de Waldo.
Una de sus primeras historias de amor la mantuvo con Rusti (Ángel Pardo), quien veía en Esther su amor platónico hasta que se incorporó al Central Queca, una nueva celadora que puso celosa a la enfermera al empezar a prescindir de las atenciones de su hasta entonces enamorado. Los celos desembocaron en una noche de pasión, pero no pasó de ahí. Previamente, Esther tuvo otras dos relaciones serias, una con un residente, Ramón, que tenía problemas con las drogas, y con otro chico que quedó minusválido cuando estaban juntos y ella le ayudó mucho a asimilar la relación.
La vida de la enfermera dio un giro de 180 grados cuando apareció Maca. Lo que en un principio era una bonita amistad se acabó convirtiendo en una apasionada relación que desembocaría en un matrimonio con tres hijos. Después de un agotador día de trabajo, la pediatra dio un masaje en la espalda a Esther e intentó seducirla; la enfermera se puso a la defensiva, puesto que nunca antes había estado con una mujer. Se negó a sí misma la evidencia y, aunque luchó por ocultar sus sentimientos, se dio cuenta de que se había enamorado de ella. Finalmente, en una ocasión en la que las dos coincidieron en el ascensor con Héctor, éste comentaba la pureza y belleza de las relaciones entre mujeres y despertó la sensibilidad de Esther, quien besó a Maca una vez que ambas se quedaron solas en el ascensor.
Desde entonces, el amor y el desamor han sido los protagonistas en la vida de la pediatra y la enfermera, que se han proporcionado, la una a la otra, los momentos de mayor felicidad, pero también los más dolorosos a causa de las infidelidades. Su relación es como una montaña rusa y sus rupturas nunca parecen definitivas, sobre todo, a los ojos de Teresa, la encargada de la recepción en el hospital, que tiene claro que entre las dos jóvenes existe un amor sincero que las unirá para siempre, juntas o separadas, por encima de cualquier circunstancia.
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